jueves, 20 de mayo de 2010

De dios a bufón en un clic

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La reputación 'online' está en alza - La Red bulle de rumores y las empresas contratan a consultoras para limpiar su nombre

MIGUEL CALZADA / SANTIAGO GIMENO (EL PAIS, 19/05/2010)


El prestigio siempre ha sido algo de lo que preocuparse. Construir una identidad sin mácula era tarea de una vida, incluso de varias. En tiempos medievales bastaba echar una ojeada al escudo de armas, que garantizaba el buen nombre del portador. Yelmos y flores de lis fueron sustituidos por los contactos, gente importante que respaldaba la propia fama.

El prestigio siempre ha sido algo de lo que preocuparse. Construir una identidad sin mácula era tarea de una vida, incluso de varias. En tiempos medievales bastaba echar una ojeada al escudo de armas, que garantizaba el buen nombre del portador. Yelmos y flores de lis fueron sustituidos por los contactos, gente importante que respaldaba la propia fama. Hoy, Internet se ha apropiado de las herramientas para labrarse una buena reputación. Ni cartas de recomendación ni blasones familiares. El linaje ha sido sustituido por el historial de Google.

La notoriedad nunca fue tan democrática como ahora. Cualquiera puede acceder a la Red y defenderse en ella sin dinero ni intermediarios. Sólo méritos y un público casi ilimitado. Pero al igual que en la Edad Media, los mentideros bullen de rumores que se extienden como la pólvora y que, también de manera democrática, salpican las reputaciones.

"Antes, si crecías en un pueblo, sabías quién era hijo de quién y, si te metías en líos, todos se enteraban. Ahora, ese pueblo es Facebook o Twitter. Si cometes un error, todos lo saben". Andy Beal es uno de los mayores expertos mundiales en reputación online y ha asesorado, entre otros, a Microsoft y Motorola. Asegura que los jefes consultan Google y Facebook para saber más sobre sus empleados: "Al menos una vez al año, supervisarán tu actividad online para encontrar algo que pueda hacerte prescindible. Muchos mánager se hacen amigos tuyos en las redes sociales para vigilarte".

Beal es el creador de Trackur, un programa que busca identidades en Internet para averiguar lo que se está diciendo de ellas. Es una iniciativa semejante a la de Twinfluence, web que utiliza Twitter (portal donde se pueden publicar comentarios de hasta 140 caracteres) para determinar la popularidad de cada usuario, a cuánta gente llegan sus mensajes.

Medir la reputación y mejorarla es tarea de profesionales. En España, despuntan las primeras consultoras especializadas. Estudian la presencia en Internet de la empresa, institución o particular que les contrata y generan contenido positivo sobre ellas (texto, fotos y vídeos sobre lo que hacen y dicen, cuanto más, mejor). Si el daño ya está hecho, solicitan a blogs, foros y webs que retiren los comentarios injuriosos sobre sus clientes.

En Overalia, trabajan sobre todo con pymes. "Las empresas son conscientes de que Google les afecta. Cuando encuentran informaciones sobre ellos creadas por otros, se preocupan", explica Victor Puig, director de contenidos, que ofrece el siguiente ejemplo: "Un señor llega a una compañía y su mala gestión la lleva a la quiebra. La gente le critica en la Red. Si intenta crear otra empresa, tendrá problemas. Al buscarle en Google, su perfil arrastrará esas críticas".

Esto se conoce como "crisis de marca", y es la especialidad de la consultora Customer Hunt. Oriol Gifra, su director, ha trabajado con cantantes, políticos y también con un empresario que perdía hasta 100.000 euros a la semana por un solo insulto anónimo en un foro: "Los proveedores anulaban pedidos, el banco le negaba la ampliación de la póliza de seguros e incluso le costaba que alguien se presentara para una entrevista de trabajo".

¿Existen quitamanchas? "El 90% de las ofensas vienen de los foros. Les pedimos que retiren los comentarios. Muchos se niegan, alegando que no están obligados. Por eso, no prometemos nada. A corto plazo, es muy difícil solucionar algo. Hay clientes que se creen que esto es apretar un botón y ya está", asegura Gifra.

Se puede gestionar la reputación en Internet sin recurrir a expertos. Para hacerlo hay que sumergirse en un sinfín de webs en las que se pone nota a compañeros de trabajo, amigos y hasta a completos desconocidos. Todavía en pruebas, Unvarnished ("sin barniz", en español) permite publicar comentarios sobre jefes y colegas de manera anónima. Se puntúan las diferentes aptitudes (productividad, sociabilidad...) y se ofrece una valoración general (de una a cinco estrellas). Después, se escribe a voluntad: "Nunca consiguió hacer nada. Se dedicó a hacer la pelota y a desperdiciar sus años en la empresa". Es uno de los comentarios que pueden leerse en el perfil de un directivo de Google. Es imposible saber quién fue el rencoroso autor y tampoco puede borrarse.

Esta oportunidad para vengarse ha llevado a The New York Times a calificar a Unvarnished como "la pared de un baño en el que todo el mundo puede entrar". Sin embargo, casi todas las pintadas son positivas. En muchas ocasiones, los que son amigos en Facebook se valoran mutuamente con la máxima puntuación, en una complicidad interesada. Peter Kazanjy, fundador de Unvarnished, explica que la mejor manera de controlar tu reputación es conectar con los demás: "Pedir a personas que te conocen que escriban sobre ti. Agradecer esos mensajes, matizarlos o incluso desmentirlos". Es posible replicar a una crítica y ofrecer argumentos que cuestionen su veracidad, así como invitar a otros compañeros para que te defiendan.

No en todas las webs hay tanto control. Formspring y Jerk se centran en la reputación personal y apuestan porque el círculo de confianza del usuario entre a valorar sus aspectos más íntimos. Preguntas como: "¿Es Mary sensible, es leal, está enamorada?". Abundan las obscenidades y las salidas de tono, también los perfiles falsos, como uno sobre el Papa. El vertedero de la reputación se encuentra en Jerk, donde existe un top 100 de "estúpidos". Gente real que es duramente insultada, a menudo por desconocidos. Hay una sección de pujas en la que se ofrece dinero para que alguien resulte elegido "estúpido del día" (también hay del mes y del año). El que paga más, decide quién será humillado en la plaza pública.

El escarnio de la reputación existe, pero también su monetarización. En The Whuffie Bank quieren sustituir el dólar por el whuffie, una forma de pago virtual. Miden el prestigio basándose en la influencia que tienen los usuarios a través de su cuenta de Twitter, y en breve esperan dar el salto a Facebook. No intentan responder a "quién tiene más reputación que quién", sino determinar la especialización de cada uno. Si alguien demuestra que es un líder de opinión en un tema, le otorgan el título y una buena cantidad de moneda virtual. ¿Para qué sirve? "El día de mañana podrás saber qué 10 personas saben más de fútbol en tu ciudad o quién sabe más de Los Simpson en tu barrio. Si alguien tiene muchos whuffies en Barcelona sobre Messi, podrá canjear su moneda por un descuento en Adidas", afirma Santiago Siri, uno de los fundadores. ¿El resultado? Una economía de reputación con forma de sofocracia o gobierno de sabios a la que todo el mundo tenga acceso. "Una que cumpla la máxima de Marx: 'de cada uno según sus capacidades, a cada uno de acuerdo con sus necesidades".

Existe también una versión ONG, promovida por Amnistía Internacional. Tyrannybook es un Facebook para criticar a "los líderes que no respetan los derechos humanos". Los amigos se llaman "aliados" y se unen en grupos como "los 20 peores dictadores que siguen con vida", en una clasificación encabezada por el norcoreano Kim Jong-il y en la que aparecen también Ahmadineyad (Irán) o Hu Jintao, presidente de China.

Eduardo Press, psicólogo especializado en conflictos laborales, recomienda separar la herramienta del uso que se hace de ella ("con un martillo puedo clavar un clavo o romperte la cabeza"), pero se centra en los riesgos: "Al carecer de reglas, todo queda ligado a la responsabilidad, que se diluye con el anonimato. El riesgo es el linchamiento. Destruir una reputación siempre es más fácil y lleva menos tiempo que construirla".

La mayoría de los expertos minimizan los riesgos y se sienten molestos por la distorsión mediática: "El miedo vende", dice Neus Arqués, de la consultora Manfatta. "Antes, para llegar a grandes audiencias, hacía falta dinero para pagar a un responsable de comunicación. Ahora, cualquiera, incluso un autónomo, puede llegar más allá de su barrio".

No todos los rumores son infundados. "Hay gente que merece su mala fama", afirma Victor Puig, de Overalia. Pero incluso estos, señala Oriol Gifra, de Customer Hunt, tienen derecho a limpiar su reputación: "Esto es como si van a un abogado: yo les defenderé, sean inocentes o no".

¿Cómo hacer para no perder el buen nombre en el lodazal de insultos anónimos que puede ser la Red? Jeremiah Owyang se presenta como "estratega web" y es columnista de Forbes: "Debes apropiarte de tu nombre en Internet antes de que otro lo haga". Blindarse ante posibles ataques,tal y como hace la Casa del Rey, que ha ido comprando y cerrando los dominios web con el nombre de los hijos del Príncipe y las Infantas a medida que estos nacían. Pero ni siquiera esto es suficiente. La mujer del hombre más poderoso del planeta, Michelle Obama, tuvo que soportar hace meses cómo una foto suya se asociaba en Google a la palabra monkey (mono) y a un montaje fotográfico de un simio con su rostro.

En el medievo, bastaba un mal lance en batalla para perder la vida. Si el caballero no había dejado descendencia, desaparecía su nombre. Hoy, quien deja huella en Internet lo hace para siempre. Borrarse de las redes sociales no garantiza nada, la información sigue ahí. ¿Hay esperanza si la losa de la reputación resulta demasiado pesada? En la web Seppukoo (cuyo nombre hace referencia a una modalidad de haraquiri) ofrecen suicidios virtuales gratuitos. Un clic y el perfil de Facebook se convierte en un epitafio. Pero también después de muerto, los demás opinarán sobre el difunto y dejarán sus condolencias. En este cementerio ya hay 20.000 lápidas.

martes, 18 de mayo de 2010

Enrique Dans habla sobre Facebook, en Público

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Miguel Ángel Criado me lanzó un par de preguntas para documentar su artículo titulado “Primeros abandonos en la ‘adictiva’ Facebook“, publicado hoy en Público, en el que habla del presunto mal momento que vive la red social, presa de protestas y supuestas deserciones de usuarios reclamando un mejor tratamiento de la privacidad. Mi visión es justamente la opuesta, y avalada además por los datos: Facebook no solo no está pasando por un mal momento, sino que ha incorporado más de diez millones de usuarios desde que en el pasado f8 anunció la batería de cambios contra la que determinados profetas pretenden protestar. En realidad, el problema que tienen algunos no es con Facebook, sino con la cambiante concepción de la privacidad en el entorno de la sociedad en su conjunto.

A continuación, como hago habitualmente, copio el intercambio completo de preguntas y respuestas con Miguel Ángel Criado:

P. Los problemas de privacidad de Facebook, son fruto de que no la considera una prioridad o son más un fallo de los propios usuarios?

R. Los problemas de Facebook con la privacidad no tienen nada que ver con Facebook: son la consecuencia de la evolución de la percepción de la privacidad en la sociedad, algo que podemos ver perfectamente si observamos a los jóvenes actuales, o si nos paramos a pensar en lo absurdo de quienes quieren socializar y tener una vida completa en la red mientras piensan que pueden esconder todo sobre su vida como si fuesen terroristas encapuchados. El problema no lo tiene Facebook, lo tiene la propia sociedad: una sociedad que llegó al concepto de privacidad como un accidente, cuando los grupos humanos residentes en núcleos pequeños en los que no existía la privacidad se trasladaron a grandes ciudades en las que las personas no eran capaces de abarcar la totalidad de los datos del creciente número de personas indiferenciadas que les rodeaban en inmensos bloques de apartamentos. Ahora, merced a la tecnología, hemos vuelto a las aldeas: puedes ver el nombre de un vecino en su buzón, y enterarte de toda su vida mediante unas cuántas búsquedas bien atinadas. No, el problema no es de Facebook: quien quiera, puede poner sus opciones de privacidad en Facebook tan cerradas como las de una monja de clausura. Pero no quieren, porque ello les impide ciertas cosas, ser encontrados por sus compañeros de colegio o localizados por la vecina rubia del quinto: prefieren protestar, y decir que la culpa es de Facebook, en lugar de suya por no haber ni siquiera entrado a cambiar las opciones de privacidad que venían por defecto.

P. Crees que la eclosión de pequeñas redes y software para crearlas puede poner en aprietos a Facebook?

R. En absoluto. Las redes horizontales solo tienen sentido a partir de una dimensión muy elevada, la que permite que encuentres a un porcentaje alto de tu red en ellas. Una red ad hoc sirve para un propósito coyuntural y puede ser muy interesante, pero el trabajo de mantenerla actualizada choca con su escasa dimensión y sus carencias a la hora de gestionar la red. Siempre existirá una red horizontal de propósito generalista donde desarrollemos una gran parte de nuestra vida social, sea Facebook u otra, una red en la que no tiene demasiado sentido andar encapuchado, aunque ello lógicamente no implique que tengamos que compartirlo todo con todo el mundo. En las redes sociales falta mucho desarrollo del protocolo de uso, pero eso no es una carencia de las redes sociales: lo es de los usuarios.

domingo, 16 de mayo de 2010

Diez cosas molestas que no hay que hacer en Facebook

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Etiquetar fotos indiscriminadamente, mandar regalos tontos, quejarse todo el tiempo o agregar amigos que no son amigos

(Periodista Digital) Las personas molestas existen en todos los lugares, incluso o especialmente en Facebook. A veces nosotros mismos sin querer nos convertimos en uno de estos. Bombardeamos con tontas invitaciones a nuestros amigos. Les mandamos 'regalos' que no quieren. Hasta que se enfadan y nos borran de su 'lista de amigos'.

¿Cómo evitar que esto ocurra? Siguiendo unos pequeños consejos que harán de nuestro perfil algo más 'habitable'. Laptoplogic.com describe diez normas que hay que hacer en 10 Things Not to Do on Facebook:
  1. Mandar regalos tontos: no mandes regalos de juegos o aplicaciones. Su valor es cero y solo molestan.

  2. Hablar sobre tu mascota todo el tiempo: si hablas sobre tu perro durante algunos días la gente pensará que eres simpático, si no paras de hacerlo durante semanas o meses no te extrañe que más de un 'amigo' te abandone.

  3. Etiquetar de forma indiscriminada: la opción de etiquetar las fotos es sólo si alguien sale en ella o le interesa mucho ver esa imagen. No etiquetes a lo loco.

  4. Quejarse de cualquier cosa: decir constantemente que te duele la cabeza cabrea a la gente.

  5. Autorizar todas las aplicaciones para que publiquen en tu muro: estas actualizaciones cada vez que juegas en Facebook les aparecen a los demás y molestan.

  6. Agregar compañeros del trabajo o tus empleados: no comprometas tu carrera profesional ni la mezcles con tu vida privada.

  7. Agregar amigos que no son amigos: al igual que no saludas a todas las personas que ves por la calles no agregues a todos los que veas por la Red. Molesta mucho y resta credibilidad.

  8. Despotricar y delirar: Facebook es un lugar en el que todos tus amigos y familia pueden ver lo que escribes. Cualquier cosa que digas puede tener sus consecuencias.

  9. Pedir cosas: al igual que los regalos tontos, pedir cosas enviadas desde algún juego no agrada a todo el mundo.

  10. Escribir en mayúsculas: es por un aspecto visual. Simplemente molesta.

¿Qué otras cosas crees que pueden molestar en Facebook y que no hay que hacer?

sábado, 15 de mayo de 2010

Ideas para elaborar una “Guía de buenas prácticas en Social Media”

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(Publicado por Roberto Carreras, en Territorio Creativo)

Costaba ponerle un título a éste post, ya que traducir el término comúnmente aceptado en Estados Unidos, Social Media Policy, no es tarea sencilla. Conversando en Twitter con @Gonzalomartin, @oscardcoca,@nachobruyel, @rlcesar, @franmmorales, @ernestriba y @CrisAlcazar, llegamos a la conclusión de la necesidad de utilizar un término no imperativo, sino relacionado con una serie de pautas que establece la compañía con el objetivo de alentar, y no desanimar u obligar, a los empleados para que sean los motores de la participación de la empresa en la web social; no sólo por el beneficio de la compañía, sino también por el suyo propio. Después de unos cruces de tweets llegamos a la conclusión de que lo mejor sería apostar por “Guía de participación en Social Media”, ya que política, manual o normas son palabras que suenan más a obligación que a invitación.

Últimamente se está produciendo un interesante debate entorno a la gestión de los Social Media por parte de la empresa o de agencias externas. Personalmente, creo que el camino debe ser desde lo último a lo primero, es decir, desde la agencia o la persona externa, bien a través de formación o de gestión, hacia la gestión interna por parte de la compañía. Las pymes deberían apostar por implicarse desde el punto de partida, mientras que las grandes y medianas recurrir a la externalización, tal como ha sucedido con Telefónica y la gestión por parte del equipo de Territorio Creativo (en vuestra casa os doy mi más sincera enhorabuena), para después interiorizar su uso.

La “Guía de buenas prácticas en Social Media” no marca la estrategia del uso que la empresa hace de la web social, sino que debe marcar las pautas, principios o puntos importantes para que los empleados puedan conocer, formarse, participar y ser los motores de la adaptación corporativa al nuevo entorno. Y, probablemente, su verdadero valor radique en convertirse en el reflejo de la apuesta que realiza la compañía por participar y conversar de manera transversal de dentro hacia fuera.

Sin embargo, son todavía pocas las compañías que deciden crear unas pautas (según un estudio de Manpower el 29% en EEUU y un 11% en EMEA). Quizá porque son pocas también las que de verdad apuestan firmemente y no ven la necesidad de dar el paso. Paso que debería estar precedido de formación exhaustiva para que un puñado de ideas y consejos reflejados en papel no caigan en saco roto.

Sin embargo, igual que la estrategia debe ser específica para cada empresa, la guía también debe serlo en función de los objetivos de la propia compañía. Simplemente quería compartir unos consejos porque el tema me parece interesante y porque he investigado mucho sobre él para redactar una.

Si los empleados ya utilizan éstas herramientas en el trabajo no prohíbas su uso, aprovecha el conocimiento que tienes dentro. El proceso es lento, arduo pero, teniendo claro el uso que la empresa hará de la web social, es importante tener claros una serie de puntos:

  • Localiza a los entusiastas de la web, a los que ya las utilizan, tal como está haciendo Telefónica Latinoamérica para implementar su proyecto Comunica 2.0.

  • Reúnelos y otórgales la visibilidad que esperan encontrar. Un excelente ejemplo es Zappos con su listado de empleados en Twitter y lo que twittean recogido en un espacio común.

  • Demuestra que confías en ellos plenamente.

  • Una vez demostrado el voto de confianza y el apoyo a su uso, es necesario elaborar una serie de pautas básicas sobre lo que es aceptable o lo que se sale del tono (la propia guía).

  • Incentiva su participación dándoles visibilidad y marcando unos objetivos previos que puedan ser medidos y recompensados.

  • Conviértelos en los mejores evangelizadores, formadores y portavoces internos.

  • Implica a todas las áreas de la empresa a las que afecta la web 2.0, no sólo a Marketing, Publicidad o Comunicación. Empleados de Ventas, Recursos Humanos, desarrollo de producto, operaciones… Necesitan también adaptarse al nuevo entorno.

Dar voz a los empleados es importante y si la web social se caracteriza por crear un nuevo escenario en el que las empresas están obligadas a escuchar, lo mejor es comenzar haciéndolo con la gente de dentro. No se trata de fijar las pautas sobre lo que la compañía ha hecho hasta ahora, sino de marcar el camino a seguir durante los próximos años. Y de confiar en ellos, más que llevar a cabo algún despido por usos de Facebook, como leemos constantemente.

La guía debe incluir contenido sobre lo que es la web 2.0 y las herramientas disponibles, que no se limitan sólo a Twitter o Facebook. Debe ir más allá e incluir blogs interesantes para leer, indicaciones para comentar en ellos, comunidades específicas de interés, herramientas de colaboración, beneficios de su aplicación al trabajo, etc. Una buena guía debe concienciar sobre la amplitud de los Social Media y del cambio que suponen, más ser un mero listado de las herramientas disponibles.

Principios fundamentales para la gestión de los Social Media:

  • Transparencia (como refleja Kodak): Si eres empleado y usuario de las redes sociales y tu empresa no tiene una política al respecto, habla de ello antes de hacer un mal uso o meterte en problemas que puedan generar un conflicto que acabe con el despido. Una guía es algo bueno para la empresa, el trabajador y para crear un entorno propicio para un entorno de colaboración y conocimiento.

  • Moderación (como refleja Intel en cuanto a la moderación de comentarios externos): “El bueno, el malo, pero no el feo”. Si el contenido que otros usuarios vuelcan en nuestros medios es desfavorable o negativo pero en el contexto de la conversación se aprueba. Si, por el contrario, el contenido es ofensivo, denigrante y fuera de contexto se elimina.

  • Aportar Valor (como refleja IBM hablando del contenido): Es valor añadido si te ayuda y ayuda a tus compañeros, a tus clientes o a nuestros partner en su trabajo y a resolver problemas; si contribuye a mejorar conocimientos y habilidades; si contribuye, directa o indirectamente, en la mejora de productos, procesos y políticas; si construye y da sentido a la comunidad y los valores de IBM.

Lo importante en el nuevo paradigma que vivimos es que la marca para que el empleado trabaja es importante, pero también lo es su propia marca personal. Nunca antes los empleados habían tenido la posibilidad de crecer y generar conocimiento en torno a esa área en la que son expertos. La satisfacción personal y el reconocimiento tanto de la propia compañía como de públicos externos son un valor en sí mismos, pero el objetivo de la empresa debe prevalecer por encima de intereses personales. De ahí la necesidad de guiar al empleado a través de una serie de consejos que enumero y que cada compañía debe completar según sus objetivos y estrategia:

  • Piensa antes de publicar.

  • Evita comentar temas delicados para la compañía

  • Sé coherente con tu empresa y contigo mismo

  • Sé transparente

  • Diferencia lo personal de lo profesional

  • Sé honesto

  • Protege a los clientes, socios y proveedores

  • Sé auténtico

  • Eres el responsable del contenido

  • Aporta valor

  • Es una conversación

  • Entusiasma

  • Conviértete en un líder de opinión en tu segmento

  • No dejes de aprender con paciencia

  • Sé generoso

  • Escucha

  • Participa

Queda mucho camino por recorrer y quizá éstas ideas mañana no tengan sentido, pero es interesante al menos aprender de los que ya han decidido dar el paso. Por ello, os recomiendo un interesante eBook “Corporate Social Media Policies”, a la plantilla elaborada por Shift Communications (que ya elaboraron la primera plantilla sobre la Nota de Prensa 2.0) y a algunos ejemplos interesantes:
Reuters, IBM, BBC, Ogilvy, Intel, Cisco, Kodak, Gartner, GM, The Coca-Cola Company, SAP, EDELMAN, Sun Microsystems, Sun Blogs, Telstra, Yahoo!, Walmart

jueves, 13 de mayo de 2010

¿Cómo sería la vida real, al estilo del facebook?

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¿Te imaginas que la vida real fuera todo a lo Facebook? Borja y Xabi lo han experimentado y están flipando.. incluso Xabi, piensa que todo es producto de algo que se ha metido en el Viñarock.

lunes, 3 de mayo de 2010

10 formas de perder el trabajo en las redes sociales

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(Mª Luisa García Osma - Baquia)

Las redes sociales son un buen lugar para conocer gente y encontrar trabajo, También para perderlo, si no se tiene cuidado con ciertos comportamientos imprudentes.
Antes de que empiecen lloverme las críticas, que seguro ya están en mente de más de uno tras leer el título, quede ante todo claro que el objetivo de este artículo no es demonizar las redes y medios sociales, ni persuadir al lector para que deje de usarlos, sino sencillamente llamar la atención sobre ciertos aspectos de los mismos, que la mayor parte de los artículos y la inmensa mayoría de sus usuarios obvian, consciente o inconscientemente.
Si bien es cierto que los medios sociales tienen gran cantidad de características positivas y que aportan a sus usuarios un gran numero de ventajas, también es cierto que no todo es positivo, ya que su (mal) uso puede tener consecuencias adversas, entre las que se incluyen la pérdida de privacidad, de la reputación y, en algunos casos extremos, del empleo o incluso de dinero.La principal, aunque generalmente menos importante, consecuencia del uso de los medios sociales es la pérdida de privacidad.
Aunque en todos existen mecanismos para proteger la privacidad, lo cierto es que muchas personas no activan esta protección, y aún en el caso de hacerlo, ésta no es completa. Así, por el simple hecho de participar en estas redes sociales y tener amigos en ellas se puede estar revelando información insospechada, como las preferencias sexuales.
Además de las situaciones embarazosas para sus protagonistas, que generalmente no tienen mayores consecuencias (al menos no económicas), hay otras que tienen implicaciones más serias, que van desde pérdidas económicas (por ejemplo, casos de robos en casas cuyos habitantes habían anunciado sus ausencias en medios sociales), pasando por el aumento de las posibilidades de ser objetivo de spam y de ataques tipo phishing, hasta la pérdida del empleo o dificultades para encontrarlo.
Sirvan como ejemplo de esto último algunos incidentes que han dado lugar al título de este artículo, inspirado en la presentación de Paul Dunay “Five Ways Facebook can get you fired” y producidos en muchos casos por la falsa sensación de privacidad que experimentaron sus protagonistas:
  • Una trabajadora de una aseguradora suiza informó una mañana a su empresa de que sufría migrañas, por lo que no podía trabajar con un ordenador (debía permanecer en reposo y a oscuras), descubriendo su empresa posteriormente que había estado actualizando su perfil de Facebook regularmente durante su convalecencia, lo cual fue causa de despido.
  • 13 tripulantes de cabina de una conocida aerolínea británica insultaron a los pasajeros de la compañía (identificándose como trabajadores de dicha aerolínea) en un intercambio de mensajes público en Facebook, lo que les costó el trabajo.
  • Una trabajadora de una empresa de logística inglesa escribió en su perfil público de Facebook que se aburría en el trabajo, tras lo cual fue invitada a buscarse otro en el que no se aburriera tanto.
  • Una profesora de un colegio público americano fue despedida tras insultar a sus alumnos en Facebook y afirmar que los odiaba.
  • Un trabajador un distrito escolar americano fue despedido tras hacer comentarios racistas sobre sus actividades laborales y mostrar un comportamiento poco apropiado según su empleador.
  • Un trabajador de un call centre afirmó que no podía ir a trabajar porque estaba enfermo, aunque gracias a su página de Facebook, los responsables de recursos humanos de su empresa supieron que lo que realmente sucedía es que tenía resaca y no quería ir a trabajar. Tras un intercambio de correos electrónicos con recursos humanos, se intuye que acabó despedido.
  • Un becario de un banco americano comunicó a su jefe que no podía ir a trabajar al día siguiente porque tenía una emergencia familiar, cuando lo que realmente iba a hacer era ir a una fiesta de Halloween, tal y como demostraron las fotos de su perfil de Facebook.
  • Una trabajadora inglesa acabó despedida por insultar a su jefe en Facebook y olvidar que lo tenía como amigo y que por lo tanto podía verlo.
  • Una camarera americana fue despedida tras insultar y cotillear sobre los clientes del restaurante en el que trabajaba a través de Twitter.
  • 27 trabajadores de un club del automóvil americano fueron despedidos por los comentarios que hicieron sobre algunos de sus compañeros en sus paginas de MySpace.

Hay que destacar que aunque los ejemplos descritos han tenido lugar, en su mayoría, en países anglosajones, lo cierto es que la falta de sentido común no conoce de fronteras geográficas, como demuestran algunos mensajes, similares al que se puede ver a continuación, que empiezan a ser relativamente habituales en Twitter.

También son relativamente comunes los casos de recién graduados que han tenido dificultades para encontrar su primer trabajo por culpa de fotos, vídeos o comentarios que en su momento les parecieron muy divertidos, pero que a sus posibles futuros jefes no se lo parecieron en absoluto.

Ciertamente y siendo objetivos, no se puede culparlos de no querer tener en su equipo a alguien famoso por sus borracheras, comentarios xenófobos o por sus aparentes problemas de consumo de estupefacientes.

Todo esto nos lleva a constatar que la existencia de Internet y en especial de los medios sociales, ha dado lugar a que todos tengamos una “reputación online”, fácilmente accesible a través de búsquedas en Google y/o en las redes sociales, que puede no dar una imagen muy favorecedora de nosotros. Por lo tanto, y aunque parezca que sólo las empresas deben de preocuparse de su reputación de marca online, es conveniente que todos gestionemos nuestra “marca personal” para evitar encontrarnos con sorpresas desagradables.

Finalmente, resaltar que el principal mensaje de este artículo es que aunque las redes y medios sociales tienen muchos aspectos, de hecho casi todos, positivos, hay que tener en cuenta que la privacidad en Internet prácticamente no existe y que la información que incluye en los medios sociales puede afectar negativamente a la reputación. Por lo tanto, este artículo quiere ser una llamada al sentido común y a resaltar que conviene tener en cuenta que ese comentario, foto o vídeo tan divertido y que en teoría sólo pueden ver tus amigos, posiblemente pueda acabar viéndolo cualquiera, incluidos tus compañeros de trabajo, profesores, jefes o familia.

Y para acabar y especialmente dedicado a aquellos que sólo leen el primer y último párrafo de los artículos: ¡Piénsatelo dos veces antes de añadir a tus jefes, padres o profesores como amigos en Facebook, MySpace, Tuenti, Orkut o Keteke!

María Luisa García Osma es Analista de la Fundación Telefónica

domingo, 2 de mayo de 2010

“La Ley Sinde es una reintroducción de la censura en nuestro ordenamiento jurídico”

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(Factual).- La periodista Almudena Negro, del Foro Liberal, ha impulsado junto a otras diez asociaciones Libertad 2.0, cuyo manifiesto denuncia el recorte de libertades que significaría la llamadaLey Sinde, de aprobarse definitivamente en el Congreso de los Diputados dentro de la Ley de Economía Sostenible.

Este viernes Libertad 2.0 ha organizado un acto de protesta en Madrid. Un cortejo fúnebre arrastraba un ataúd -con el epitafio”Doña Libertad de Expresión. Fallecida en España y víctima de la ley de Economía Sostenible”- desde la plaza de Toros de las Ventas hasta el Centro Cultural Buenavista, donde se ha celebrado una mesa redonda moderada por el periodista Hermann Tertsch y a la que ha asistido, entre otros, el presidente y parlamentario de Ciudadanos, Albert Rivera.

Al acabar el acto, Almudena Negro explicaba para Factual que esta iniciativa surge cuando se aprueba la disposición final primera de la Ley de Economía Sostenible (la Ley Sinde). “Los internautas estábamos ya quedamos por la ley del ‘canon digital’ y una serie de movimientos que veíamos en Internet. Y esta enmienda que introducen con nocturnidad y alevosía en la Ley de Economía Sostenible vemos que es una reintroducción de la censura en nuestro ordenamiento jurídico; que van a crear un comisariado político a lo CAC [el Consejo Audiovisual de Cataluña] una serie de señores designados por el Congreso de los Diputados, que van a ser quienes van a poder decidir qué páginas web se cierran o no y lo van a hacer amparándose en los derechos de autor”.

El periodista Hermann Tertsch ha denunciado en declaraciones a este periódico el “asalto total a la libertad de expresión” que significa la Ley Sinde. “Después de secuestrar a las televisiones con la publicidad de TVE”, dice Tertsch, “después de secuestrar a los periódicos, haciéndolos dependientes a la inmensa mayoría de ellos; después de asistir al espectáculo dantesco de trece periódicos catalanes haciendo el mismo editorial en defensa de su régimen; exactamente igual que habría pasado el 1 abril de 1939 con la España de Franco… Creo que es un momento gravísimo para que nos entren en la red e intenten controlarla como nos están controlando prácticamente todos los medios”.

Por último, el presidente y parlamentario de Ciudadanos, Albert Rivera, ha aclarado en entrevista para Factual que los asistentes a este acto no se oponen a los derechos de la propiedad intelectual. “Lo que creemos es que hay que buscar una fórmula de encaje entre los derechos de propiedad intelectual y los derechos de libertad de expresión y los derechos de los internautas”, señala el presidente de Ciudadanos. “Lo que hace la Ley Sinde es crear un organismo que puede cerrar páginas web, que puede cerrar blogs, y eso sin que sea el propio juez quien lo haga”. Ciudadanos defiende que “los derechos de autor tienen que estar protegidos por ley, pero eso no puede chocar con la libertad de expresión o el intercambio legal de archivos”.

La bloguera cubana Yoani Sánchez, la autora del blog Generación Y, se unió a la mesa redonda desde la distancia y explicó las penurias de los bloggers cubanos y la rapidez con que el régimen de los Castro se ha adaptado a las nuevas tecnologías creando su propia policía informática.

En este acto han participado también Bernardo Rabassa, presidente del Club Liberal Español, Luis Canal, de la Asociación para la Defensa de los Derechos y Libertades Civiles, Eduardo Vidal, de Manifiesto de Facebook, Francisco Javier Jiménez Rivero, de HazteOir.org, y Víctor Domingo, presidente de la Asociación de Internautas.

sábado, 1 de mayo de 2010

Acto de protesta de Libertad 2.0 contra la Ley Sinde

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"La ley Sinde intenta meter en el mismo saco a quienes piratean y se lucran y quienes intercambian archivos"


30 abr 10 21:00 CET Raquel C. Pico

Albert Rivera, de Ciudadanos, acusa: "no se puede considerar criminal a quien no lo es y no se puede extender esa mano negra por intereses industriales".

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha sido el único líder político en acudir al entierro simbólico de internet y, aunque no se sumó a la manifestación, sí participó en la mesa redonda posterior y atendió a los medios de comunicación presentes, para dejar claro que a su partido la ley Sinde le gusta poco.

"La ley Sinde intenta meter en el mismo saco a quienes piratean y se lucran y quienes intercambian archivos", ha denunciado, después de señalar que "internet es uno de los pilares de la libertad de expresión".

Para Ciudadanos el anteproyecto de ley de Economía Sostenible y su disposición primera pecan porque "en dos puntos concretos ponen en cuestión esa libertad". Por una parte el corte de webs, que en opinión de Rivera sólo puede ser realizada por un juez, y el uso del mismo rasero para todos los internautas.

Rivera criticó "ese intento de extender la culpabilidad del pirateo a todos los que intercambian de forma privada archivos". "No se puede considerar criminal a quien no lo es y no se puede extender esa mano negra por intereses industriales o de otro tipo", denunció ante los medios allí congregados.

"Hay que proteger los derechos de autor pero eso no puede ser incompatible con la libertad de expresión", aseguró acusando a la Ley Sinde de "tirar por el camino del medio" al tiempo que supone resolver el problema con "una solución rápida".

Propuesta Ciudadanos

"Sólo un juez, no puede ser el Gobierno, una comisión paritaria ni los autores": Albert Rivera es tajantemente claro sobre quien debería poder y no poder cortar el acceso a la red.

Para Ciudadanos, una justicia rápida y "una especificación de internet en el ámbito de la Justicia" serían la clave, así como unos "juzgados concretos más rápidos" para responder ante las violaciones de la ley en contenidos.

"Silencios sospechosos"

Rivera también sido muy directo al hablar de sus compañeros políticos y su posición sobre la Ley Sinde. "Hay silencios sospechosos", ha denunciado.

Sobre el Partido Popular, el principal oponente del Gobierno, "la línea última que lleva es decir una cosa y la contraria o no decir nada" y ha denunciado que "no ha habido un compromiso firme".

Aún así, no pierde la esperanza y espera que los grupos de presión como las editoriales o la SGAE no sean más importantes para los partidos políticos que la libertad de expresión. "Espero que sean coherentes, valientes, que defiendan la libertad", afirmó.